Su construcción se remonta al siglo XVI. En la fachada principal, coronada por una espadaña de dos cuerpos, presenta una pequeña hornacina con la imagen en piedra de San Pedro popular con una gran llave en la mano.
Para apreciar su singularidad artística es preciso acceder a su interior y admirar la bóveda nervada gótica de su crucero ricamente decorado con pinturas de los cuatro evangelistas. Cada uno con sus símbolos: Juan y el águila, Lucas y el toro, Mateo y la cabeza cortada en posible referencia a su martirio y, por último, Marcos y el león.
La técnica pictórica denota que el artista carecía de conocimientos de perspectiva. Se estima que pudieron ser realizadas en la segunda mitad del siglo XVIII.
En la bóveda del presbiterio aparecen ángeles, pintados en el siglo XIX.
Finalmente, destacar la factura del retablo mayor de estilo rococó con la figura de San Pedro en el centro.
– Consultar horario de misa. No dispone de horario de visita. –