Los cruceiros son un recordatorio de las miles de invocaciones al sobrenatural que salpican Galicia. Se levantan en encrucijadas de caminos, en atrios de iglesias, en las cercanías de capillas o custodiando cementerios con el fin de proteger del sobrenatural. Son una señal de identidad ligada a coro en el que los caminos y  congostras eran sendas solitarias y oscuras donde el caminante precisaba de protección contra la mítica Santa Compaña o las almas  errantes. En otras ocasiones fueron fruto de la cristianización de lugares de culto paganos.

El Cruceiro de  Viladaíde, situado en uno cruce de caminos, es el más conocido de Barreiros. Presenta a Cristo Crucificado con cuatro clavos inclinando la cabeza hacia la derecha y con las manos cerradas. Como puede apreciarse, la cruz es más reciente que el  varal. Esto se debe la que se colocó una noticia en el año 2009 ya que la original había sido robada en el 2007.

En el atrio de la iglesia de Santiago de Reinante se encuentra otra hermosa muestra de estos elementos patrimoniales y cerca de la Iglesia de San Xusto de Cabarcos, en el Camino Norte de Santiago, se encuentran otras hermosas muestras de estos elementos patrimoniales.